20. Abundancia…quiero abundancia…

La presencia de Júpiter en Tauro está fomentando la multiplicación de cursos, meditaciones y prácticas de todo tipo enfocados en atraer la prosperidad. Paralelamente, se están multiplicando los casos de famosos que nadan en la abundancia y sin embargo se eclipsan a edades tempranas y en circunstancias a veces no muy gratas.

Tampoco se quedan a la zaga los casos de trastornos mentales en esa franja de la sociedad. Estamos viendo que la abundancia no es una garantía de felicidad. La prosperidad material está asociada al elemento Tierra. En el orden de la Creación, que es el orden que sigue el zodiaco constituyente, primero apareció el elemento Fuego. Le siguieron el Agua, el Aire y la Tierra.

Partiendo de este orden, tal vez sería más lógico que nos centráramos en pedir al universo abundancia de Fuego/luz, de conexión con las altas esferas de nuestro ser. Luego abundancia de Agua/sentimientos, de capacidad de amar de empatizar, de mover el Yo sensible. Luego abundancia de Aire/ideas, comprensión, entendimiento, capacidad de pensar, de conceptualizar, de deducir, de comunicar. Para finalmente llegar a la Tierra, que es la capacidad de materializar, de disfrutar de todo lo que nos ofrece la Pachamama.

Quien siguiera este orden, a lo mejor no utilizaría la abundancia para inundar su realidad de cachivaches, objetos y bienes de consumo o para rivalizar con el vecino a ver quién tiene el trasto más potente y más caro. Quien siguiera este orden, a lo mejor no acabaría sumergido hasta el cuello en las arenas movedizas del vacío existencial.

Unas arenas en las que uno se hunde por su propio pie, solito, sin ayuda pero sin billete de vuelta, a menos que cuente con la colaboración de un buen terapeuta. El modelo “jiji, jaja, a disfrutar que son cuatro días” está en retroceso. Como lo están muchos de los actores que encarnaron ese modelo en la pequeña o en la gran pantalla. El hedonismo a ultranza está muy bien sobre el papel para llenar páginas de literatura o de papel “couché” pero vivirlo lleva a menudo al vacío.

¿Estrategias para evitar deslizarse en ese pozo nihilista? Es la misma cantinela de siempre: averiguar quién soy, cuál es mi plan de vida, qué se supone que tengo que dar a cambio de ocupar una parcelita en el planeta azul. Un planeta en el que se está jugando una importante partida, nuestros hermanos de las estrellas la definen como un espectáculo grandioso: el de nuestro ascenso como raza humana. Del despertar de unos poderes de los que un ser sublime hace  poco más de dos mil años nos ofreció un aperitivo. En lenguaje informático lo llamaríamos una “demo” de las infinitas posibilidades de nuestra mente, que yacen agazapadas en algún lugar esperando que las activemos.

Es como un nuevo software que ha de anular todos los anteriores, un nuevo programa que tiene que ver con prender la propia antorcha para iluminar nuestro camino…y el de todas las personas del entorno.

El “yoísmo” aún sigue cotizando en bolsa pero ha dejado de ser un valor seguro. A los hechos nos remitimos.

Anhelar la abundancia, si, pero ¿qué tal si la buscamos en los cuatro reinos de la naturaleza?

Soleika Llop

Compartir por vía:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

You cannot copy content of this page

UTEA

Ofrece más de 8,000 prácticas de yoga sin publicidad, documentales y series originales que exploran nuestras historias humanas y cósmicas.

Prueba Gratis