Júpiter es portador de abundancia paradisíaca. Su posición en un tema astral indicará aquello que el individuo posee en abundancia y señalará el dominio en el que ejercerá el poder, el punto en que los deseos triunfan. Y como la humanidad actual vive identificada totalmente con sus deseos, Júpiter significará el triunfo de las esperanzas, de los anhelos, el éxito, la gloria, la coronación de las ambiciones. Será portador de bienestar, de facilidades para desenvolverse.
Júpiter rige los signos de Sagitario y de Piscis. Desde Sagitario, se encarga de que la acción divina sea abundante y de que su voz llegue ampliamente a todos los recodos del ser. En Piscis, Júpiter se expresa moderando y purificando la exteriorización de los sentimientos, suavizando la explosión emocional que se libera en Piscis.
Las disonancias formadas por Júpiter pueden reducir sus poderes, dejando al individuo privado de mando en el sector en que se encuentra, o, por el contrario, haciendo que ese poder sea arrogante, insolente, injusto y que la corrupción y los excesos sean los motores que muevan la vida de la persona.