La pereza se debe a una perturbación de las funciones lunares. En el Mundo Mental, la Luna produce las imágenes internas, es lo que llamamos la imaginación, a través de la cual la mente se desplaza de un lugar a otro, explorando por un lado las alturas inaccesibles y estableciendo cabezas de puente en terrenos aún no hollados por la razón. Y por otro, descendiendo a los abismos de la razón, allí donde ideas arcaicas y profundamente enraizadas necesitan que las sales lunares disuelvan sus amarras. Los efectos de la pereza en este mundo bloquean la imaginación y dejan que todo siga tal como está, de modo que imposibilitan la progresión intelectual hacia niveles más profundos y no permiten que la mente se vea liberada de los arcaísmos que la mantienen atada a un pasado ancestral, a viejos patrones.
En el Cuerpo emocional, los atributos de la Luna la llevan a fijar los deseos, proporcionándoles, por así decirlo, fuerza y esplendor, de manera que la voluntad se ve presionada para realizarlos. Que el deseo sea elevado o no depende de otros mecanismos, pero lo que sí es esencial para el individuo es que ese deseo se exteriorice de algún modo, o bien que se sublime mediante una interiorización consciente y voluntaria. La exteriorización de los deseos hará que el individuo sea frío o caliente, tal y como los quiere Dios. Pero cuando la pereza obstaculiza esas funciones, el individuo se convierte en un ser tibio.
En el mundo físico, la Luna rige las funciones de disolución y coagulación de los elementos, aportando una renovación periódica a nuestros átomos y moléculas, de acuerdo con los ritmos del universo. La Luna es la que nos conecta con el acontecer universal, aportándonos los sucesivos mensajes de los demás cuerpos planetarios. Si esas funciones resultan obstruidas, nos convertimos en algo parecido a una tierra muerta, no transitada por las grandes corrientes renovadoras que emanan del cosmos. En el mundo físico, la pereza transforma al hombre, un muerto-viviente, en un zombi.
¿Qué es lo que debe hacer el perezoso para vencer su pereza? Moverse hacia las cosas que estén a su alcance. Por cada paso que dé, Dios –su divinidad interior- dará dos por él. No importa aquí el resultado práctico obtenido, en efecto, muchos perezosos justifican su pereza arguyendo que sus esfuerzos no les sirven de nada, lo importante es ponerse en movimiento a nivel físico, sentimental y mental para restablecer las funciones que se encuentran perturbadas.
Nota: Conexión de la Luna con la Alquimia Genética
En la primera sesión de Alquimia Genética, y también en los Talleres de Formación, se establece una conexión con un poderoso arquetipo de la psique: la Gran Dama Blanca Lunar. Según apuntan diversas Escuelas de conocimiento, en la cara oculta de la Luna se encuentra almacenado el historial kármico de los seres humanos. La Gran Dama Blanca Lunar es un arquetipo de la psique que administra estos contenidos. Podemos pedirle que borre estos archivos kármicos, como si se activase un antivirus.
No es que el karma de una persona pueda ser borrado de un plumazo, sería demasiado fácil, aunque no imposible, para quienes logran alcanzar la vibración crística. Lo que hace la Dama lunar es despejar momentáneamente los canales de percepción para que el interesado pueda tener acceso a su mundo celular, al menos durante el tiempo que dura una sesión de AG. Hay ocasiones en que los bloqueos emocionales dificultan esta limpieza, por ejemplo cuando la persona ha sufrido algún tipo de violencia o cuando el ego es demasiado potente.
Podría ser una práctica muy recomendable pasar este antivirus todas las noches antes de dormirnos, pidiendo a la Dama Lunar que limpie los “virus”, o sea, las energías de bajo calibre que hayamos podido acumular durante el día.
