Desde que Saturno plantó sus reales posaderas en tierras acuarianas se ha multiplicado de forma sorprendente el número de influencers que han pasado a otro plano, que han desencarnado, a edades a veces muy tempranas. Influencers de todos los tipos, pero también en el ámbito espiritual. Recordemos que Acuario es un signo muy ligado a las colectividades. Saturno, que ha transitado por este signo durante dos años y medio, del 17 de diciembre 2020 hasta el 7 de marzo 2023, es una fuerza psíquica creadora de orden y justicia, que promueve la rectitud, la capacidad de responsabilizarse. Combinando ambas energías, la consigna podría haber sido la siguiente: “Si quieres subir al estrado, que sea para decir algo que sea útil a la comunidad, que ayude a la gente a despertar y expandir su conciencia, de lo contrario, mejor te quedas en tu pupitre”. Dicho de otro modo: “Si tu discurso ha de crear confusión, mejor cedes el turno de palabra”.
Esa tendencia se ha de agudizar con los refuerzos plutonianos, a partir del 23 de marzo 2023. Ser influencer y tener miles de seguidores es una actividad de riesgo, no solo por el hecho de que la necesidad de ser visto y exponer su propia intimidad a todas horas pueda transformarse en una peligrosa adicción. Adicción a determinadas sustancias químicas que el cuerpo segrega en estos casos. Si no también por toda la energía que uno recibe de sus admiradores.
Para poder ahondar en los misterios de la energía, es preciso acercarse al Astro Cábala. Toda la luz/energía de la que puede disponer un ser humano a lo largo de su vida aparece inscrita en su carta astral a través de las fuerzas angélicas adscritas a cada uno de sus planetas. Estamos hablando de los 72 instructores angélicos de la Cábala. Cada planeta de la carta astral está activado por dos de esas fuerzas, salvo el Sol, en cuyo caso son tres. Cada fuerza angélica vehicula un programa de actuación, mueve en el ser humano un determinado tipo de energía. Cada individuo es libre de ser fiel a los mencionados programas y cumplir con sus contenidos. En este caso, estará haciendo un uso adecuado de su luz/energía.
Pero, ¿qué ocurrirá en caso contrario? Pues que la energía, que no puede perderse, se manifestará a través del programa contrario del ángel, activando el sistema “al revés te lo digo para que me entiendas”.
Pues bien, a un ser humano normal, la energía le llega de forma normal, en mayor o menor cantidad según los movimientos de los astros y según la época del año, pero dentro de unos límites, digamos, normales. En cambio, en el caso de una persona que tiene muchos seguidores: influencers, artistas, famosos, la energía le llegará como “propulsión a chorro”, como si saliera por la manguera de los bomberos. Eso le dará la oportunidad a la persona de hacer cosas muy grandes, de aportar grandes servicios a la sociedad.
Los problemas surgirán si no utiliza convenientemente todo ese flujo energético, porque si toda esa luz se transforma en sombra se le puede complicar mucho la vida y afectar gravemente su salud. Todo ello ha de agudizarse mucho en caso de que la persona sea un influencer espiritual. En efecto, al manejar, o pretender manejar, una ración extra de luz, si lo único que hace es inflar su ego y crear adhesiones sin aportar nada concreto que ayude a los demás a evolucionar. Si se dedica a sembrar confusión porque va pillando retales de luz sin conseguir integrarlos, ni crear en sus discursos un hilo conductor, la ración extra de sombra que atraerá hacia su cuerpo y hacia su realidad le puede dificultar mucho la existencia.
Esa podría ser la razón por la cual muchos de ellos mueren jóvenes. Cuando la energía se invierte, ya no es manejada por los ángeles de la luz sino por su copia contraria: los demonietes. Y esas entidades suelen manipular como si fueran marionetas la mente de esos influencers espirituales y llevarles a decir a veces auténticas barbaridades, a pronunciar discursos deshilachados que no tienen ni pies ni cabeza. Algunos arrastran miles de seguidores, almas acomodaticias que prefieren tragarse las ruedas de molino del gurú de turno que hacer el esfuerzo que supone conectarse con su esencia sin intermediarios. La presencia de Plutón en Acuario nos invita a reflexionar sobre estas cuestiones
