
Todos conocemos a personas que, en su vida cotidiana, hablan como si estuvieran frente a una cámara de televisión, con un tono de voz elevado y gesticulando con grandes aspavientos. Son individuos cuyos ciclos cerebrales parecen acercarse a los cuarenta hercios.
Esta necesidad de ser el centro de atención puede trasladarse al ámbito de la salud, llevando a la persona a acudir a urgencias en horas intempestivas, movilizando a toda la familia, y si puede ser, a los vecinos. No se tratará de un simple dolor de cabeza, sino de patologías llamativas, estruendosas, complejas, todo a lo grande.
Cuando estas personas tienen la oportunidad de presentar una queja o protesta ante un cliente, un superior jerárquico, un subordinado, un dependiente en una tienda o un médico, lo hacen con un despliegue notable de histrionismo. Es su manera de captar la energía del interlocutor.
Todo esto podría ser el resultado de un Júpiter mal enfocado, de un empoderamiento que no se ha llevado a cabo de manera consciente y que ha derivado en extremos.
Sería por ejemplo el caso de una persona que nace con la fuerza, el ímpetu y la capacidad de liderazgo del general Patton, pero que, por las circunstancias de la vida o porque nadie le ha enseñado a hacerlo mejor, se encuentra atascada en el papel de un simple recluta, sin poder desarrollar su grandeza.
Una forma de canalizar ese histrionismo podría ser a través de la actuación. Sin embargo, esto no pasaría de ser una buena maniobra de distracción, a menos que desde el oficio de actor, el individuo desempeñara un papel que fomente la conciencia, como lo hizo Robin Williams. No obstante, parece que él no se prestó a ello de manera consciente, como se puede deducir de su trágico final. Ser un héroe por accidente no cuenta en el cómputo final de cara al alma.
Una forma muy efectiva de utilizar esa fuerza jupiteriana sería observar en qué signo zodiacal se sitúa, en qué sector o Casa, y sobre todo cuáles son los Genios de la Cábala ligados (los regentes de los grados) a ese Júpiter en la carta natal. Esto último es lo que le revelará a la persona parte del plan de su alma. Le aportará muchos detalles sobre las áreas que facilitarán su empoderamiento.
Y entonces, en vez de dar palos de ciego, se dirigirá hacia el camino que le marca su hoja de ruta.