Nota: Escribí este texto hace dos décadas, cuando Plutón estaba entrando en Capricornio, lo he remozado y lo comparto, ya que sigue siendo vigente.
Plutón ha estado transitando por el signo de Capricornio durante las dos últimas décadas, lo abandonará definitivamente en noviembre del 2024, y no volverá a este signo hasta pasados unos 245 años. Es el planeta más remolón de todos, cuando se instala en su poltrona, se lo piensa muy mucho antes de trasladarse con todos sus enseres a otro emplazamiento zodiacal. ¡Como para no enterarse de que ha pasado por allí!
Plutón regenera cambiando las estructuras por dentro, permitiendo al individuo darse cuenta de sus errores. Su fuerza trabaja en aquello que está como muerto o inoperante dentro de nosotros a fin de activarlo y ponerlo en estado de trabajar, regenera y activa órganos o estados que tuvieron su utilidad en el pasado y que ahora están como dormidos. En ese sentido, podría activar los órganos de percepción que nos permitan aprehender la nueva organización de la sociedad. Pero para que estos órganos puedan empezar a funcionar, primero es preciso limpiar las tuberías de todo el chapapote emocional y mental que contienen. Esta es una de las principales funciones de la Alquimia Genética.
Capricornio es un signo de Tierra, ligado a la materia, contiene la semilla de todas las edificaciones materiales, entendiendo como materiales tanto las construcciones físicas (casas, ciudades) como las instituciones sociales, los grandes estamentos de la sociedad (la Iglesia, las monarquías, los gobiernos). Es el signo de los arquitectos, ingenieros y constructores, de los líderes en general.
En el cuerpo humano, está relacionado con los huesos, con el esqueleto. Plutón en Capricornio aporta la fuerza necesaria para establecer un nuevo armazón, tanto en nosotros mismos como en la sociedad, sacando de nuestro interior la sabiduría dormida. Una de sus metas en Capricornio es promover el derrumbe de todas las estructuras de poder basadas en la vieja energía, en la exaltación del ego personal, en el interés de determinadas oligarquías, en detrimento del interés general.
Ha de promover el nacimiento de una nueva raza de líderes, más cercanos a la idea que Platón tenía de ellos, en el sentido de que tendrían que ser modelos de austeridad, seriedad y sabiduría para que el pueblo los imitara. Los grandes líderes ya no serán los que deseen tener seguidores, sino los que sean capaces de formar a otros líderes (no recuerdo de quién es la frase, pero es muy adecuada en este contexto).
La vieja energía es la que nos lleva a buscar las respuestas en el exterior, a adorar dioses exteriores, a priorizar el “hacer” sobre él.
“Ser”. A niveles prácticos, la vieja energía puede llevarnos a temer por nuestra seguridad económica o profesional, a no querer acometer nuevas empresas, ni nuevos desafíos. A nivel emocional, la vieja energía puede llevarnos a temer la pérdida de una relación, a sentir celos, posesividad, apego. A nivel mental, puede inducirnos a temer la entrada de nuevas ideas que desestabilicen nuestro edificio conceptual. A nivel espiritual, puede llevarnos a temer la liberación del fuego de nuestro núcleo divino, en cuyo caso ese fuego es susceptible de crear cortocircuitos en nuestra psique.
Plutón nos invita pues a realizar una gigantesca disolución egoica, tanto en lo interno como en lo externo (me refiero a gigantescas estructuras que fueron pensadas para exaltar el ego de sus creadores).
Plutón, allí donde se encuentra, indica que ha llegado la hora de pasar de un nivel de conciencia a otro más elevado y crea las condiciones necesarias para la transmutación. Cuanto más dominada está la conciencia por viejas estructuras, más duras son estas condiciones, cuanta más resistencia opongamos a la fuerza plutoniana, más traumático resultará su tránsito. En cambio, si bajamos voluntariamente a los dominios de Hades (nombre griego de Plutón), es decir, a nuestros infiernos particulares, (lo que los cabalistas nombran las esferas qlifóticas) y tomamos conciencia de su contenido, proponiéndonos dejarlo todo como una patena, evitaremos que ese “infierno” se manifieste en el exterior. Evitaremos los seísmos, terremotos, erupciones volcánicas y demás manifestaciones de la furia de la naturaleza, ligadas a la fuerza plutoniana cuando se desmadra.