En los últimos tiempos, se están produciendo muchos casos de muerte prematura, de gente que desencarna a edades muy tempranas. Son muy diversos los factores que pueden provocar estos fallecimientos, uno de ellos es abordado por Kabaleb en sus libros:
Una experiencia inútil es siempre una experiencia que ya se ha realizado anteriormente. Imaginemos el caso de un hombre que, en una vida anterior, fue un abogado brillante y notorio, líder en la vida política y social. Supongamos que en aquella vida este hombre descuidó los trabajos materiales, los esfuerzos físicos; vivió rodeado de un enjambre de servidores que se encargaban de solucionarle todos los problemas prácticos inherentes a su existencia física.
Su Yo Superior puede encontrarse entonces carente de experiencias físicas y podría programar su futura aparición en el mundo en un ambiente de picapedreros, para que su personalidad mortal le informe de lo que pasa cuando la vida se da en tales condiciones.
Tendremos entonces un hombre con una mente brillante y una gran sensibilidad que se encontrará inmerso en un contexto físico estrecho, con unos padres pueblerinos, muy alejado de la universidad más próxima, destinado a trabajar en las faenas del campo.
En cuanto su Cuerpo Mental se integre en él, alrededor de los 21 años, el hombre se encontrará en posesión de una inteligencia y una sagacidad que le permitirán comprender que existen para él otros caminos. Entonces podría convertirse en un autodidacta, que aprenderá fácilmente lo que ya anteriormente aprendió.
Con esfuerzo y tesón se acercará a los estudios superiores y tal vez se encuentre de nuevo instalado en su bufete de abogado brillante, haciéndole un corte de mangas a su Ego Superior, que esperaba recibir de él experiencias de picapedrero. Contará con los aplausos de sus coetáneos, que lo citarán como ejemplo de lo que puede hacer un hombre con sus condicionamientos.
Sin embargo, la información que este abogado manda a su Yo Eterno está repetida, le envía datos que ya poseía y la personalidad inmortal observa el retraso que va a producirse en la evolución de su vehículo si tiene que pasar toda una vida repitiendo curso. Como no tiene objeto estar en el mundo simplemente para que su personalidad mortal se lo pase bien, es posible que el Yo Eterno se dirija a las entidades que controlan los Arquetipos de la Vitalidad Universal para que inutilicen su arquetipo de vida. Y así el hombre que tanto bregó para salir de la nada y hacerse un nombre, podría morir abandonando el brillante, pero inútil porvenir.
Otra causa de muerte prematura podría ser la disonancia entre el ritmo vibratorio del arquetipo de vida y el ritmo que se desprende de la entidad que vive en la Tierra. Es decir, tiene que existir una sincronía entre el arquetipo de la vitalidad y las actuaciones del individuo en la tercera dimensión. Si lo que está haciendo la personalidad humana es muy distinto de lo que el Ego Divino había proyectado, la asimetría puede provocar una ruptura en la región arquetipal y el arquetipo queda destruido antes de tiempo, provocando la muerte física.
En el ejemplo anterior, hemos presentado un caso en el que la personalidad toma una dirección opuesta a la programada por el Ego Superior. No es que el individuo cometa iniquidades, puede ser una persona ejemplar, pero al haber cambiado totalmente el programa, el Ego Divino decide dar por terminada la experiencia.
En el caso que acabamos de señalar, las cosas son distintas: el individuo sigue el programa de su Ego Divino, pero se inclina hacia el lado oscuro. El Ego Superior no puede actuar contra su personalidad mortal, porque aunque el mal no es una experiencia que forme parte de su programa –el error sólo aporta la evidencia del mismo error y sólo en esto es instructivo– esa incursión en la maldad le revelará la necesidad de obtener ciertos conocimientos, por carecer de los cuales ha caído precisamente en esa maldad. El Ego Divino no interviene y su protagonista humano sigue haciendo de las suyas. Pero entonces las vibraciones que emite su comportamiento van cortando automáticamente su arquetipo de vida, hasta romper las amarras.
En este sentido, podemos decir que el error –el Mal– es una especie de suicidio lento. Algunos observadores del Mundo del Pensamiento han dicho que los Ángeles al cuidado de los Arquetipos pueden cortar la vida si consideran que el individuo se encuentra en un callejón sin salida y que la cuenta de su karma va a subir en proporciones gigantescas si continúa vivo, de modo que más vale para él que muera.
Según nuestras indagaciones, esto no ocurre exactamente así, ya que el principio de libertad es superior a cualquier otra consideración en el Mundo del Pensamiento y los que cuidan de la mecánica de la vida, no pueden interferir con sus criterios en la vida que están protegiendo, ya que si sus elevados principios tuvieran que prevalecer, no habría en el mundo títere con cabeza, puesto que el mejor de los hombres no llega a la altura del peor de los Arcángeles.
La muerte antes de tiempo es debida a un requerimiento del propio Ego Superior o a un desgaste progresivo del arquetipo provocado mecánicamente por una forma de actuar incompatible con el principio que da la existencia. Son los Arcángeles los encargados del servicio en la Región de los Arquetipos de la Vitalidad Universal. Ellos están en contacto con nuestros Egos Divinos y al mismo tiempo reciben información de los Ángeles, sobre las actividades del individuo en el mundo material.
El Ego Divino es quien manda en su propia vida física y si la personalidad mortal se aleja de su programa de tal manera que considera inútiles las experiencias que le está aportando, pide a los Arcángeles al servicio de la Vitalidad Universal que corten de cuajo su Arquetipo de Vida, produciéndose de esta forma una muerte anticipada en su personalidad mortal. Ello le permitirá, en una nueva existencia, disponer de un mayor tiempo de vida para sacar del mundo material experiencias útiles.
Los escritos de Kabaleb siempre prestan a la reflexión, y permiten entender por qué, en estos momentos, son tan numerosas las almas que vuelven a su cuartel general antes de hora. ¿Podría ser debido a que los humanos cada vez se alejan más del contacto con el alma? Conviene remediar esta situación.
Soleika Llop