En los últimos cinco grados de Capricornio Plutón es como un abuelete que ha vivido mil y una aventuras y que tiene mucho que contar, como Sherezade (la cuentacuentos de las Mil y Una Noches). Si lo pudiéramos entrevistar, nos contaría algo del estilo:
Uff… estoy en los últimos lazos del camino Capricorniano, un camino pedregoso, duro, nada fácil de transitar. Si yo te contara la de seísmos que he provocado, la gran cantidad de estructuras que he dinamitado… Estructuras que estaban carcomidas por dentro, que padecían aluminosis, que parecían inamovibles, más intocables que los esbirros de Eliot Ness, y sin embargo, que se han caído como castillos de naipes.
Imperios o personajillos que creían estar más allá del bien y del mal, pero que vivían en un Olimpo ficticio sustentado en corruptelas y en valores efímeros cuya filosofía de vida era: “Yo, yo y además, yo”. Imperios o personajillos que parecían grandes catedrales, pero ese solo era su holograma exterior, porque por dentro tenían la misma consistencia que las cabañas de los dos primeros cerditos del cuento.
Uff… si yo te contara las veces que he tenido que disfrazarme de lobo feroz y soplar fuerte hasta que se han desmoronado sus cabañas… Y la mala fama que me he granjeado…
Total, para dejar en evidencia lo importante que es saber elegir los materiales de construcción.
Hay quien piensa que el poder corrompe, pero si eso fuera cierto, Dios sería el campeón de las corruptelas. No, lo que corrompe es la incorrecta utilización del poder, es su instrumentalización a fines personales para inflar el propio ego.
Uff… si yo te contara la de diosecillos a los que he tenido que recordar que tienen pies de barro. “Cría fama y échate a dormir”, dicen. Pues pensándolo bien, ganas no me faltan de echarme una buena siesta, no será que no me lo he merecido, porque mi paso por Capricornio ha sido peor que estar condenado a trabajos forzados en el rincón más apartado de la Siberia. Fíjate si les he dado fuerte en la línea de flotación que hasta me han degradado a planeta enano!!!
Así que he decidido tomarme unas vacaciones momentáneas en tierras acuarianas, allí las estructuras no son tan rígidas, no tendré que picar tanta piedra.
Pero que los diosecillos con pies de barro no se crean, que se han librado de mí, porque cuando menos se lo esperen, volveré para prender los cartuchos de la última mascletá de las Fallas (las mascletás son una sinfonía de petardos, o mejor dicho, de bombas que ponen cada año a prueba los tímpanos de los valencianos con ocasión de su fiesta mayor: Las Fallas). Y ahí sí que temblará Roma.
Y no me refiero solo a las estructuras materiales, a empresas, imperios económicos o altos mandatarios, sino también a su equivalente en la psique humana, me refiero a constructos mentales, a posturas con apariencia de inamovibles del estilo: «es así y no se hable más». Con esas disfruto tanto como en una partida de bolos, les mando un pelotazo y las tumbo todas.
Si queréis que sea más preciso, os diré que en cuanto regrese a los últimos cinco grados de Capricornio – será del 11.6.2023 al 21.1. 2024, y del 1.9.2024 al 19.11.2024- me centraré en la salud mental. En esa área, la partida de bolos puede ser de lo más emocionante.
Ahora os voy a hablar de mi modus operandi. Yo soy, ya lo sabéis, como un buldócer o como un taladro percutor de esos que van dinamitando carreteras a su paso, pero quien me indica en qué área tengo que moverme o donde tengo que clavar el taladro, es el colega angélico que rige los grados en los que me sitúo.
Y el que se ocupa de los cinco últimos grados de Capricornio se llama Mitzrael, es el ángel 60. Así que le cedo la palabra. No es una apisonadora como yo, es mucho más sutil.
- (Mitzrael) Querido Hades yo no te llamaría apisonadora, simplemente te las apañas como puedes para honrar el cometido que te confío Zeus, el rey del Olimpo. Una misión que a veces resulta muy controvertida.
- (Hades-Plutón) Me encanta la forma en que decís las cosas los colegas alados: con flores, papel celofán y cintas de colorines
- (Mitzrael) Así es, de todo tiene que haber en la viña del Señor. Bueno, antes de presentarme, me gustaría acabar de presentarte a ti, en tu otra faceta de rescatador de tesoros escondidos
- (Hades-Plutón) Sí, ya sé que eso forma parte de mi tarea pero justo es admitir que la gente, cuando se refiere a mí, piensa más en mi faceta de generador de seísmos. Parece que cuando me acerco, los que saben de mis funciones tienden más a buscarse un refugio antiatómico que a pensar en la caja de los tesoros. Fíjate que en la Antigua Grecia, la gente no quería ni pronunciar mi nombre. Soy el único Dios que no vive en el Olimpo, sino en un palacio bajo tierra.
- (Mitzrael) Es cierto lo que dices pero ya sabes que la energía sigue al pensamiento, por lo tanto si empezamos a dar énfasis, en la psique colectiva, a esa otra faceta tuya menos conocida, lo más seguro es que se active. Y, ¿sabes qué te digo? Que a lo mejor ha llegado el momento de tu rehabilitación… Háblame de todo ello…
- (Hades-Plutón) Mi trabajo consiste en sacar a flote los mil y un trastos viejos que la gente tira al fondo del mar, los infinitos “enseres” o tendencias que van relegando a ese armario del inconsciente cuyo contenido yo me ocupo de gestionar. Pero a veces, entre trasto y trasto, sale alguna joya, o salen los restos del Titanic y entonces pienso que ha valido la pena la prospección…
- (Mitzrael) Oye, ¿qué tal si pusieras un ejemplo concreto?, ya veo que te encantan las metáforas
- (Hades-Plutón) Cada vez que mis fuerzas provocan algún seísmo importante, esto genera miles de actos de generosidad, de solidaridad por parte de los que han sobrevivido o de los que viven en otras zonas. Actos de amor que vienen a veces de los rincones más lejanos del planeta, provocan grandes oleadas de rezos, de pensamientos amorosos, a eso me refiero cuando hablo de las joyas que se pueden rescatar de algún terremoto o maremoto. Pero a niveles más sutiles, cada vez que genero una removida muy grande en la vida de una persona (la pérdida de un ser querido, de un trabajo, de la salud, de un estatus, etc…) a veces esto deriva en grandes movimientos de conciencia, grandes despertares.
- (Mitzrael) Como es por ejemplo el caso de miles de personas que, después de haber vivido una ECM (experiencia de casi muerte) se han vuelto mucho más amorosas, solidarias y luminosas
- (Hades-Plutón) Exacto, esas son las joyas
- (Mitzrael) Ahí es donde podríamos bailar al ritmo de la canción de Mark Anthony: “Valió la pena”….
- (Hades-Plutón) Ja, ja, ja. Pero ya está bien de hablar de mí, hablemos ahora de tu función respecto a tu morada situada en los cinco últimos grados de Capricornio
- (Mitzrael) Bueno, decir ante todo que cada uno de los 72 instructores divinos tenemos una sede dentro de la estructura del Árbol Cabalístico (una sede establecida por Kabaleb). Yo, concretamente, tengo mi casita dentro del Centro sefirótico llamado Hod-Mercurio. Pero dentro de esta estructura holográfica, verás que el número 60 ocupa el lugar de Gueburah-Marte, esto lo digo para las personas que tienen nociones de Cábala y de Astrología. No es que quiera liar al personal con detalles técnicos, pero conviene tener esto en cuenta para entender, desde la lógica, cuál es mi función. Mercurio es la mente y Marte representa la reparación. Eso explica por qué mi especialidad es la curación de enfermedades mentales. Cada ser humano lleva incorporado en sí mismo un botiquín reparador, yo represento ese botiquín en lo referido a los procesos mentales.
- Waooo, muy interesante, esa es pues el área en la que trabajaré mientras me sitúe en los cinco últimos grados de Capricornio.
Bueno, esa solo es una entrevista imaginaria, pero que se acerca bastante a la gran tarea que Plutón ha realizado en Capricornio.