35. Ciencia versus…..Ciencia

La presencia de Plutón en el signo de Acuario -en el que permanecerá por espacio de veinte años- ha de permitirnos rediseñar las bases del pensamiento científico.

Todo parece indicar que la ciencia y la mística, otrora enfrentadas, volverán a hacer buenas migas. Acuario es un signo ligado a la interiorización del pensamiento, a la capacidad de conceptualizar, de deducir, de descubrir las analogías, de entender el cómo del porqué del cuándo. En nuestro afán de explorar el mundo de la materia, nos hemos ido alejando tanto del mundo de las causas que para muchas mentes implicadas en el cientismo (como ahora le llaman) más puro y duro, ese mundo de las causas ha dejado de existir.

El punto culminante de este alejamiento lo tenemos en la creencia -que cuenta aún con muchos defensores- de que la conciencia es un producto del cerebro. Numerosos  científicos de vanguardia y de prestigio están descubriendo que se trata de un supuesto erróneo. Estamos asistiendo, desde las redes sociales, a un sin fin de debates al más puro estilo Kramer contra Kramer. Una película que se estrenó hace varias décadas en la que dos miembros de una misma familia se enfrentaban en los tribunales.

De manera que quienes han salido de las garras del cientismo más recalcitrante se dedican a menudo a vilipendiar, descalificar y a veces a ridiculizar a sus antiguos compañeros de armas. Situándose así en una energía de dualidad totalmente contraria a los valores acuarianos.

Me viene ahora a la memoria una charla de un prestigioso científico que dedicó una buena parte de su exposición a desgranar los ataques verbales, y en algunas ocasiones físicos, sufridos hace unas cuantas décadas, por otros hombres de ciencia que intentaron presentar sus descubrimientos iconoclastas ante colegas suyos que no estaban dispuestos a soltar los viejos supuestos de toda la vida. Creando así un ambiente de indignación y rechazo en el público receptor.

Se han establecido dos bandos: los de la vieja guardia y los que han visto (supuestamente) la luz.

¿Es realmente necesario crear esa dicotomía? 

¿Es necesario fomentar esa dualidad?

Para comprender a fondo la dinámica del universo, teniendo así la posibilidad de poder compartirla y difundirla, es preciso acercarse a la Fuente, al Padre, al Yo superior, como cada uno prefiera llamarlo. Y para llegar al Padre hay que pasar por el Hijo, es decir, despertar en uno mismo la fuerza crística que es puro amor, todo lo contrario de la dualidad.

Por lo tanto, se trata de que Kramer y Kramer comprendan que al formar parte de una misma familia, lo mejor que pueden hacer es fundirse en un abrazo fraternal, compartir sus descubrimientos y olvidarse de sus diferencias.

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