Parece que se ha puesto de moda prescindir del apellido paterno, en cuanto unos famosos lo hacen, se produce lo que los psicólogos llaman el “contagio imitación” y otras personas repiten la jugada.
No hace mucho, varios hijos de un personaje famoso norteamericano que se divorció de su mujer, decidieron prescindir del nombre paterno, por desacuerdos con su progenitor.
En estos días (septiembre 2024), la prensa cuenta que el hijo de un conocido jugador de futbol decidió hacer lo mismo, prescindir del apellido paterno, aduciendo que no desea que se le compare con su padre. Ya que este hijo juega en el mismo club que su progenitor. El hijo no desea que la fama del padre le influencie a nivel profesional.
Si consideramos estos hechos desde la superficie, con las gafas de ver la periferia, nos puede parecer normal, que cada uno haga con sus apellidos lo que desea, para eso existe el libre albedrío. Pero si vamos a lo profundo es otra historia. Decía Kabaleb en sus Cursos que el padre físico es algo así como el representante o embajador plenipotenciario del Padre Eterno, es decir, del Yo Superior. El padre también representa la voluntad, la brújula que dirige nuestro barco.
Visto desde este prisma, renunciar al apellido del padre podría significar no reconocer ni honrar a esa parte de nuestro ser que es el director de operaciones del vehículo físico. Podría significar ir por la vida como un pollo sin cabeza, desprovistos de una brújula que dirija nuestros pasos y con una voluntad floja o inoperante.
En casos de chic@s jóvenes, es posible que esa tendencia no se manifieste en la inmediatez, sino cuando crezcan y se hagan adultos.
A veces ocurre que, en caso de que los padres se hayan separado de forma poco amistosa, que los hijos cambien el orden de sus apellidos y opten por poner primero el de la madre, al menos en España (en el que se guardan los apellidos del padre y de la madre), porque en otros países las costumbre varían. Las consecuencias serían muy similares.
Sería como darle preponderancia a la parte femenina, receptiva, sensible, pero quizá pasiva, en detrimento del Yo masculino. Y como la voluntad es el motor del ser humano, si uno no la mueve, puede crear un vacío. Los vacíos de voluntad suelen ser rellenados por otras voluntades, porque el universo aborrece el vacío. Es cuando uno se queja de que está siendo manipulado por terceras personas.
Lo miremos por donde lo miremos, no es muy aconsejable prescindir del apellido paterno. Aunque el padre haya sido una pieza de museo (museo de los horrores, se entiende), conviene honrarlo porque, al fin y al cabo, uno mismo es quien lo ha elegido en la Escuela entre Vidas.
Muchos se quejan al “maestro armero”, pero de poco sirve, como no sea para repetir una y otra vez la misma experiencia, hasta que uno la asume y la comprende, desde el amor y la sabiduría interior.
A buen entendedor…
Sugerencias: Si deseas armonizar tus relaciones con algún miembro de tu familia, en el Módulo 2 del Curso Básico de Alquimia Genética hallarás interesantes meditaciones.
Un comentario
En mi familia hay el caso de la tercera hija de mi hermano mayor, se separaron los padres estando mi cuñada embarazada de.tres meses, mi hermano se enamoró en un viaje de.otra mujer, mientras decidía si separarse o.no, el.caso que a esa mujer tambien la dejó embarazada, el mejor amigo de mi hermano se quedó a cuidar de mi cuñada y se hicieron pareja, mi sobrina nació y para ella ese hombre es su padre, le dijo ya adulta mi sobrina a mi madre que.quería.ponerse.el apellido del que.considera su padre, mi madre le dijo que hiciera.lo que.ella quisiera y le hiciera feliz, que ella no dejaría de ser su abuela, que la querria igualmente. No lo ha hecho oficialmente, aunque en las redes sociales ella pone el apellido de él.