Una de las cuestiones que suele estar en el centro de todos los debates sobre la sociedad actual es el hecho de que una oligarquía lleve las riendas económicas y políticas de la gran mayoría. Desayunamos, comemos, merendamos y cenamos con noticias que nos informan del rosario inacabable de abusos cometidos por esos lobbies o grupos de presión. ¿Cuál es la solución? ¿Vilipendiarlos, denunciarlos, encadenarse a los edificios oficiales, investigar hasta las más ínfimas costuras de sus protagonistas para destapar sus mil y una corruptelas? Es lo que se ha hecho hasta ahora, pero eso equivale a jugar con sus mismas cartas, a seguirles el juego, a estancarse en el teatrillo de los buenos y los malos. Están anclados en la dualidad. Pretender solucionar un problema desde el mismo plano en que se generó, ya dijo Einstein que eso no era viable.
Cuando uno se ha caído en una marisma de arenas movedizas, requiere una intervención exterior para poder salir, la solución está en otro plano. La ciencia más puntera admite que la estructura del universo es fractal, es decir, que se va reproduciendo en imágenes auto semejantes. Esa ciencia puntera también nos cuenta que el átomo, en su 99,999% está compuesto de vacío, de éter, lo cual dejaría un 0,0001 % de materia.
Nassim Haramein -uno de los máximos representantes de esa ciencia más vanguardista, tanto, que ya roza la metafísica- dijo no hace mucho en una de sus charlas: “Siento deciros que nunca habéis tocado nada, todo es pura ficción, llamamos realidad al 0,00001% y sobre eso hemos montado toda la ciencia, a lo mejor tendríamos que empezar a estudiar el espacio”.
Según la máxima hermética “Como arriba es abajo”, y teniendo en cuenta la estructura holográfica del universo, podemos establecer un símil entre lo que ocurre a nivel colectivo y los mecanismos de la psique humana. Dicho de otro modo, las situaciones y hologramas que conforman nuestra vida en la tercera dimensión –nuestro día a día- son el resultado/materialización de unos constructos elaborados desde dimensiones superiores, desde otros planos de conciencia. Este es el espacio desde el cual uno puede modificar la realidad.
Partiendo de esta idea, podríamos decir que una oligarquía, en nuestra psique y en nuestra realidad, está ejerciendo una hegemonía dictatorial sobre el resto del territorio. Este hecho crea fractales, es decir, imágenes auto semejantes. Uno de ellos es que un grupo reducido de personas maneje la mayoría de los recursos del planeta. De lo cual podemos deducir que si empezamos a explorar el 99,999% restante, si nos proponemos sondear el espacio, tal vez podamos derrocar la “dictadura” de la materia, la del 0,0001 %. Uno de los efectos colaterales será acabar con las oligarquías que dirigen nuestros destinos económicos.
La siguiente pregunta es ¿cómo explorar el vacío, el campo cuántico o mundo etérico? Podemos lograrlo a través de la meditación, del viaje hacia el interior de uno mismo. Existen en la actualidad numerosos “tour operadores” que ofrecen viajes organizados al centro de gravedad del ser, la Alquimia Genética es uno de ellos. Cada uno puede reservar plaza donde más cómodo le resulte, el caso es salir de la Matrix del 0,0001%.
Esa opción será mucho más efectiva que la de montar piquetes de protesta y gastar saliva y energía en mentar el árbol genealógico de los oligarcas. Piensa en global, actúa en local.
Soleika Llop