Los Maestros Perfiladores, también llamados ángeles contrarios, son los que se encargan en nuestra psique de los trabajos sucios. Son como basureros cósmicos, o como una empresa de reciclaje, se dedican a recoger, manipular, clasificar, etiquetar y compartimentar el chapapote o pringue que les va llegando, constituido por nuestras energías lumínicas desperdiciadas. Su tarea consiste en restituir a cada “cliente” su parte de capital oscuro almacenado.
En ese sentido, serían como unos banqueros del abismo. Son muy sufridos y sacrificados, pocas personas reconocen su labor. Son nuestros demonios interiores y como tales, tienen muy mala prensa, cotizan a la baja. Las fuerzas de involución nos enseñan pues a través de la extrema fragmentación, de la división, de la atomización de las cosas.
Cuando la persona reconoce e identifica la tendencia promovida por una entidad determinada y se propone firmemente dejar de alimentar dicha tendencia, su despedida surtirá efecto. Existe otra vía menos complicada, menos trabajosa y mucho más rápida para despedir a los facilitadores: convertirse en un Cristo, en un ser de puro amor.