El hecho de que, como dice la Física Cuántica, materia y radiación puedan manifestarse a la vez como onda y como partícula, según la intención del experimentador, podría significar que la luz (función onda) que recibimos del cosmos bajo la forma de impulsos lumínicos puede manifestarse simplemente como eso, como un impulso de luz, en caso de que sepamos captarlo y asimilarlo.
Pero en el caso contrario, es decir, si nuestra estación receptora no lo capta, entonces puede producirse el colapso de la función onda, es decir, que la luz inicial se transforme en materia (partícula), en anécdota. Pero que ello ocurra depende enteramente del interesado. Como en el caso del niño al que se le advierte que el fuego quema, se le ilumina/informa para que tome conciencia de este hecho. Si es incapaz de asimilar la luz, entonces la información tendrá que materializarse y el niño cederá al impulso contrario, que le lleva a poner las manos en el fuego, el colapso de la función onda tomará entonces la forma de una quemadura.