5. Limpieza áurica

Kabaleb decía que cualquier proceso de evolución espiritual tenía que implicar los cuatro cuerpos: el físico, el emocional, el mental y el espiritual. Hemos de ascender de forma equilibrada con esos cuatro cuerpos, de otro modo, es como si pretendiéramos emprender la escalada de una montaña con una sola pierna o un solo brazo. Querer explorar los mundos del espíritu dejando atrás deudas o carencias emocionales equivale a emular a Ícaro, que quiso acercarse al Sol con alas de cera. El tortazo que se pegó fue épico.

Esto me recuerda la historia de una mujer -llamémosla Laia- que se divorció y que se encontraba a su ex en todas las esquinas, no entendía lo que le estaba pasando. Ella había emprendido un camino espiritual pero le costaba mucho meditar y conectarse, porque había dejado deudas pendientes. Deudas de reconocimiento de lo que su ex marido había significado en su vida. Laia solo quería alejarse de él porque se había sentido totalmente incomprendida, le reprochaba sobre todo a su ex de ser más hermético y cerrado que una lata de sardinas. Comunicación cero.

Pero si tenemos en cuenta que lo que nos molesta de los demás es lo que ellos reflejan de nosotros mismos, y que para que algo nos incordie desde fuera, tiene que haber una resonancia con algo de dentro, comprendemos que no hay enemigos. Que no hay personas tóxicas, sino simplemente seres que se prestan amablemente a ser nuestros fractales, a representar en el teatrillo de la vida nuestra historia interior. Lo que le pasaba a Laia es que había perdido completamente la comunicación con su alma, al dedicar gran parte de su capital energético a lamentarse de lo mal que estaba con su marido, a buscar mil y una justificaciones ante su familia, que apoyaran su decisión de separarse y a hallar formas de ganarse la vida por sí misma.

La senda de la comunicación con su ser más profundo estaba tan llena de zarzas que ni siquiera se le había ocurrido preguntarle si la decisión de separarse sería la correcta. Así que antes de poder emprender un ascenso espiritual, primero tenía que diluir el coctel de rabietas, resentimientos, frustraciones y tristezas que le había quedado de la relación con su ex. Para eso sirven los ejercicios de limpieza aural de la Alquimia Genética.

Intentar penetrar en estados profundos de conciencia cuando estamos cargados de adherencias emocionales o mentales es como querer observar el mundo celular a través de un microscopio cuyas lentes están llenas de polvo. La información obtenida no será muy fidedigna porque estará impregnada de salpicaduras del ego personal. Comparto unos escritos de mi madre (citadas en mi libro Alquimia Genética) que nos pueden aportar mucha claridad a este respecto:

El Aleph (la energía, la luz, la fuerza vital) puede ser captado pero nunca sin antes haber provocado una catástrofe vital, una devastación psicológica. Es cuando puede resurgir del humano en una fracción de segundo que no pertenece al tiempo y que luego se escapa de nuevo. Pero entonces has vuelto a la vida, porque sus vibraciones liberan en ti una energía vital que no pertenece a tu universo psicológico. Te transforma en un ser creador si así lo deseas. Pero entonces se presentan dos peligros:

  1. Identificarte con tu obra o identificarte con el creador que hay en ti, eso equivale a rebajar y degradar esa energía libre y viva, poniéndola al servicio de la pequeña personalidad temporal y entonces te crees un profeta y metes la pata.
  2. Que las fuerzas estructuradoras de la Tierra vuelvan al galope para organizar, estructurar esta vida fresca, para darle una forma, para hacerla durar, hacer que sea aprovechable en sentido material.

Esa “catástrofe” o “devastación psicológica” es la que experimenta el ego personal, cuando se le tumba el castillo de naipes que había edificado. Se produce cuando comprendemos que no hay ni víctimas ni verdugos, no buenos ni malos, sino solamente actores que, por amor, se prestan a escenificar nuestros guiones.

Identificarnos con el papel o con el guión es como atarse a las farolas. Las farolas sirven para iluminar nuestro camino, no para que nos encadenemos a ellas. Metemos la pata cuando, disfrazados de Prometeos, robamos un cachito de fuego divino y nos ponemos a profetizar. Recuerdo la historia de una mujer que canalizaba mensajes celestiales y que me contó que se avecinaba una catástrofe en una zona determinada del globo terráqueo. El suceso en cuestión no se produjo pero a ella le diagnosticaron una enfermedad grave, esa era la catástrofe que le estaban anunciando. Era una persona que tenía muchos asuntos emocionales por resolver.

En cuanto a las fuerzas estructuradoras que quieren aprisionar la luz, es lo que hizo la iglesia católica con las enseñanzas del Maestro Jesús. Crear una estructura que llegó hasta el extremo de dar cobertura a algo tan alejado de la luz de Cristo como la Inquisición. 

A buen entendedor…

Soleika Llop

Crónicas Alquímicas 5: Limpieza áurica

En este quinto audio hallarás información sobre el “túnel de lavado”, uno de los pasos más importantes para poder lograr una buena conexión con el mundo celular. Y vemos un hermoso ejemplo de los resultados que se pueden obtener de una armonización familiar.

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