Pilotar un coche, un avión o un barco requiere la aplicación de unos protocolos, de unas normas, lo mismo podemos decir de las conexiones con el mundo cuántico. Si queremos evitar sorpresas curiosas o encuentros inesperados con entidades o situaciones del mundo cuántico que no sepamos cómo manejar, es preferible adherir a la fórmula del viaje interior organizado. Algo así como desplazarnos sobre raíles, con GPS y mapa de carreteras.
La literatura fantástica y los relatos de ciencia ficción nos ofrecen innumerables ejemplos de encuentros “curiosos” que no dejan muy buen sabor de boca en los psiconautas que viajan por libre. Por ello, siempre es preferible iniciar nuestras aventuras cuánticas en el marco de una gran estructura de luz, como puede ser la Alquimia Genética, y contando con el asesoramiento y protección de un equipo de seres de luz que se ocuparán de guiar nuestros pasos.
Para los principiantes, este protocolo puede resultar un poco largo, es posible que las resistencias de la mente concreta se manifiesten con el consabido “no tengo tiempo”. Pero luego, con la práctica, el tiempo que empleamos en los protocolos de inicio se acaba reduciendo a escasos minutos. Y ello gracias a la constancia, primero hay que crear la nueva ruta neuronal, pero si la mantenemos adecuadamente, las conexiones con cada vez más fáciles y más rápidas.
Iniciar las meditaciones siempre desde el mismo punto, como el del Mt St Michel, ayuda mucho a la hora de consolidar el hábito de meditar. La conexión con el egregor AG, representado por un diamante gigantesco, del tamaño de una cabeza humana es otro punto clave ya que permite unirse sutilmente a las almas de todos los demás psiconautas AG.
Es realmente asombroso comprobar la fuerza que puede llegar a tener dicho egregor de cara a la sanación y sobre todo de cara a la consolidación del vínculo existente entre todas las personas que utilizan este mismo protocolo. Hemos llegado a sentir la manifestación de una mente única. Por ejemplo cuando he propuesto al grupo AG meditar sobre un tema determinado y luego comprobamos que varias personas, al mandar sus escritos al grupo, han coincidido en las mismas vivencias.
Este egregor puede ser activado y dinamizado de muchas maneras diferentes, se le pueden “cargar las pilas”, los efectos suelen ser siempre sorprendentes, aunque los psiconautas no sean conscientes de ello. Por ejemplo, a veces he imaginado que el Cristo transmitía a través de sus manos la luz de su corazón al diamante. Al día siguiente se han compartido en el grupo meditaciones en las que las personas comentan experiencias con su Cristo interior. Es pura magia. Los efectos de cara a la sanación también pueden ser asombrosos.
Resumiendo, de poco sirve teorizar, lo que cuenta es la práctica.
Soleika Llop
Crónicas Alquímicas 4: El km cero de la Alquimia Genética
En este video, hablamos del kilómetro cero de cualquier meditación con la AG, de ese centro de comunicaciones que es el Mt St Michel, desde el cual uno puede despegar hacia cualquier punto del universo.
Podríamos considerarlo como una torre de control para viajes cuánticos. Y vemos también las entidades de luz que manejan los mandos de esta “torre de control”.
